América afronta este nuevo compromiso con la presión de revertir una racha poco favorable en sus últimas presentaciones, ya que acumula tres derrotas y dos empates en sus cinco encuentros más recientes, siendo la más reciente una caída por 1-0 ante Monterrey. Este resultado no solo los aleja momentáneamente de la lucha por el liderato, sino que también expone algunas falencias en la definición de cara al arco rival. Sin embargo, el conjunto dirigido por André Jardine mantiene una base sólida y un potencial ofensivo que sigue siendo de los más temidos en la liga, con futbolistas capaces de marcar la diferencia en cualquier momento. La necesidad de sumar de a tres en este momento no solo responde a razones numéricas en la tabla, sino también a la urgencia de recuperar confianza y ritmo competitivo de cara a la recta final del campeonato.
Mazatlán llega a este duelo con la intención de recomponer su camino tras una serie de resultados irregulares en las últimas jornadas, en las que ha acumulado tres derrotas, un empate y solo una victoria. Su más reciente presentación fue una caída por 2-0 ante Tijuana, un marcador que refleja las dificultades que ha tenido el equipo para mantener la consistencia en su juego y afianzarse en la competencia. No obstante, a pesar de los tropiezos, Mazatlán ha demostrado tener argumentos ofensivos interesantes, sobre todo cuando enfrenta a equipos con defensas que ofrecen espacios, como es el caso de América. Su capacidad para aprovechar transiciones rápidas y contragolpes lo convierte en un rival peligroso, especialmente si logra ejecutar con precisión en los últimos metros. Este partido representa una oportunidad clave para recuperar sensaciones y mostrar una versión más competitiva ante uno de los rivales más exigentes del campeonato.
